SCOUT es un juego de escalada en el que las cartas tienen dos valores potenciales, los jugadores no pueden reorganizar su mano de cartas y no pueden pasar su turno para tomar una carta del conjunto de cartas alto actual en su mano.

Más concretamente, las cartas tienen un índice doble, con valores diferentes en cada mitad de la carta, y las 45 cartas tienen todas las combinaciones posibles de los números del 1 al 10.

Durante la preparación, la persona que baraje las cartas deberá aleatorizar tanto el orden de las cartas en el mazo como su orientación. Una vez que a cada jugador se le ha repartido toda su mano de cartas, recoge esa mano sin reorganizar ninguna de las cartas; si lo desea, puede girar toda su mano de cartas para utilizar los valores del otro extremo de cada carta, pero tampoco puede reorganizar el orden de las cartas de su mano. Se juegan tantas rondas como jugadores haya, luego gana quien tenga más puntos.